Sumergirse al lado de tortugas, en la localidad de Sao Pedro, en Sao Vicente, ha despertado el interés de caboverdianos, en los últimos meses. Promover la protección de la especie mientras se generan beneficios económicos para las comunidades locales son algunos de los objetivos de esta iniciativa emprendedora, que lucha contra la "desaparición" de los turistas extranjeros. Poco más de 50 metros separan el arenal de la playa de Sao Pedro del local donde es posible vivir esta experiencia, rara, por no decir única, por lo menos en Sao Vicente, de sumergirse junto a tortugas.
Como forma de reutilización de los botes locales, la iniciativa ha ganado cada vez más adeptos. "Normalmente quien busca este servicio son turistas, pero en estos momentos estamos trabajando más con caboverdianos que con extranjeros" comenta Alexandro Lamas, joven que se asoció con su hermano Jairson Rocha y otro amigo para en 2019, crear la microempresa Turtle House. La empresa se compone de cerca de 10 jóvenes que a lo largo de los últimos tres años han explorado el negocio en Sao Pedro. "Además de nosotros, hay más personas que exploran este negocio de forma independiente". En la playa hay un total de cinco botes que ofrecen este servicio.
Negocio y protección
El precio por persona para bañarse con las tortugas es de 1500 escudos, durante el verano, teniendo en cuenta la quiebra del flujo de turismo, el precio cayó a 1000 escudos, de forma que se volvió más accesible para los caboverdianos. "Cuando es un grupo grande, de 10 personas por ejemplo, y no tienen los 1000 escudos, solemos hacer un descuento. Las salidas son mínimo de tres personas, pero en el caso de haber dos personas, hay un precio"camarada" que ofrecemos también" explica Alexandro. Cada excursión tiene una duración de 45 a 60 minutos, en línea con los deseos del cliente.
Antes de cada viaje, Alexandro se hace cargo de las redes para un briefing sobre algunas reglas que deben ser cumplidas al llegar a alta mar. Según el entrevistado, durante las inmersiones, las personas se sienten tentadas a tocar a los animales, lo que contribuye al peligro. Las tortugas marinas poseen una camada protectora y,cada vez que son tocadas, la camada se va desgastando lo que hace que creen bacterias en sus colas. De ahí la recomendación de no tocar a los animales y limitarse a nadar a su lado.
"Aqui en Sao Pedro, siempre trabajamos en la protección de las tortugas y la limpieza de la playa. Llegué a hablar con un biólogo marino que me comentó que las inmersiones podrían representar una amenaza para la especie porque acabamos por privarlas de su instinto natural, pero yo confío en que el instinto natural de un ser vivo es quedarse donde se siente bien" dijo.
Diariamente de las 10 a las 17 horas, Alexandro y sus compañeros están en la playa de Sao Pedro, a la espera de clientes, desde que las condiciones del mar lo permiten. La mayor dificultad para un negocio de esta naturaleza es depender precisamente de las condiciones del mar. "Si hubiese oleaje, no podríamos entrar al mar porque no queremos poner la vida de los clientes en riesgo. Cuando el mar está sucio, hay poca visibilidad por lo que también se hace complicado ver a las tortugas" concluyó.
Fuente: a naçao