Escasez de agua en el Magreb: La desalinización del agua de mar en el centro de las estrategias prioritarias de los Estados

Los países del Magreb están sumamente afectados por el estrés hídrico. Debido a la escasez de agua tras la aguda sequía de 2021/2022, los mismos apuestan ahora por la desalinización de agua de mar para garantizar su seguridad de agua potable con decenas de unidades en construcción

Aunque África es el continente menos contaminante, también es el que más sufre los efectos del cambio climático. Según la ONU, en 2030, entre 75 y 250 millones de africanos vivirán en países donde el estrés hídrico será importante. Esta situación provocará el desplazamiento de millones de personas, hambrunas e incluso conflictos entre estados por el control del agua. De hecho, los informes del Consejo Mundial del Agua estiman que África necesitará 20.000 millones de dólares anuales de aquí a 2030 para hacer frente a la inminente crisis del agua.

Tras la sequía sin precedentes de 2021-2022, toda la región se ve afectada por el déficit hídrico, con presas casi secas antes de las últimas lluvias de marzo de 2022, lo que demuestra lo vulnerables que son los países del Magreb a los efectos del cambio climático. En todos los países de la región, las aguas subterráneas están sobreexplotadas y los embalses son incapaces de satisfacer las necesidades de agua de la región, debido al déficit de lluvias, a las necesidades de agua para el riego y a la rápida urbanización, que está provocando una gran demanda de agua en las zonas urbanas. Por ello, la desalinización del agua de mar es hoy uno de los pilares estratégicos de los Estados del Magreb para movilizar los recursos de agua potable. 

Marruecos: desalación para diversificar las fuentes de abastecimiento de agua potable y de riego

Marruecos ocupa el puesto 23 del mundo entre los países más afectados por el estrés hídrico, según un informe del Instituto de Recursos Mundiales (WRI). De hecho, los recursos hídricos potenciales por habitante han bajado de 2.500m3/habitante/año en los años 60 a 800 m3/ht/año en la actualidad y podrían bajar a 500m3/ht/año en 2030, teniendo en cuenta que una región está bajo estrés hídrico cuando cae por debajo de la barra simbólica de 1.000 m3 de agua dulce por habitante en un periodo de un año.

Por ello, las autoridades apuestan ahora por la desalinización del agua de mar para garantizar las necesidades de agua potable y de riego. Y el potencial es inmenso gracias a sus 3.500 km de costa. A principios de 2022, se inauguró la nueva planta desalinizadora de agua de mar en las afueras de la ciudad de Agadir con una capacidad de 275.000 metros cúbicos/día durante la primera fase, ampliable a 400.000 metros cúbicos de agua desalinizada/día a largo plazo, está considerado como el mayor de África. Todo ello, gracias a la participación de la ONEE y del gestor delegado SEDA (Société d'Eau Dessalée d'Agadir) compuesto por Abengoa e InfraMaroc (filial de CDG).  Con un coste de 493 millones de dólares, este gran proyecto forma parte del Programa Nacional de Abastecimiento de Agua Potable e Irrigación 2020-2027 lanzado en enero de 2020, con un coste total de 115.400 millones de dirhams, es decir, 13.000 millones de dólares. 
 
Además de abastecer de agua potable a una población estimada en 6,6 millones de personas, esta estación reforzará la actividad agrícola en la región de Souss-Massa al colmar el déficit hídrico registrado en el nivel freático, estimado en 90 millones de metros cúbicos al año.

En Casablanca se instalará una unidad con una capacidad de 300 millones de metros cúbicos. Entrará en funcionamiento en 2027 y requerirá una inversión de 9.500 millones de dirhams en el marco de una asociación público-privada.

Actualmente, Marruecos cuenta con 5 plantas desalinizadoras de agua de mar en las ciudades de Laâyoune, Boujdour, Tan-Tan, Sidi Ifni, Al-Hoceima y Agadir. A ellas se sumarán las unidades de Casablanca, Safi, Nador y Dajla. También está prevista la construcción de una unidad en El Guerguerat, otra unidad en Dajla para el suministro de agua potable y de riego, y la ampliación de las capacidades de las unidades de desalinización existentes de Laâyoune, Tan-Tan y Sidi Ifni. En total, Marruecos pretende crear 20 plantas desalinizadoras de agua.

Con otros proyectos en marcha, Marruecos pretende alcanzar, de aquí a 2050, una capacidad total de 1.000 millones de metros cúbicos de agua de mar desalada al año. Además, para reducir el coste de producción del agua desalada, Marruecos apuesta por las energías renovables (solar y eólica). Así, en Dajla, la unidad de desalinización funcionará con energía eólica.

El reino aprovecha así el importante descenso del coste de las energías renovables, en particular las de origen eólico, programando el acoplamiento de estas estaciones de desalinización a los parques eólicos, lo que se traducirá en una reducción aún mayor de los costes de explotación de las estaciones de desalinización.
 
Fuente: le360.ma

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