En 2022 los vuelos internacionales controlados por la FIR Oceânica do Sal casi duplicaron los registrados en 2021, con una media de 133 aviones diarios, aproximándose a los valores prepandemia, según los datos de la empresa pública caboverdiana ASA.
De acuerdo con el boletín estadístico de 2022 de la empresa pública Aeroportos e Segurança Aérea (ASA), al cual tuvo acceso Lusa, el tráfico aéreo alcanzó los 48.617 vuelos en todo el año, representando un incremento del 76% si lo comparamos con los datos de 2021, que registraron 27.686 vuelos.
“Los resultados en este período se aproximan a pasos agigantados a los valores de 2019, estando a tan solo 17 puntos porcentuales (unos 10 mil vuelos) del valor del año prepandémico”, se expone en el documento.
En 2019, antes de las consecuencias de la pandemia de covid-19 en la aviación mundial, la FIR Oceânica do Sal, que representa un importante ingreso para el estado, controló 58.345 vuelos.
“Este crecimiento de vuelos en 2022 frente a 2021 se traduce en una mejoría de la confianza y libertad de las personas entre países y continentes, incidiendo directamente en el tráfico de vuelos que registra la FIR”, se agrega en el boletín.
De las principales operadoras que sobrevolaron el espacio aéreo de Cabo Verde entre enero y diciembre de 2022 destaca la portuguesa TAP, que registró 9.361 vuelos (una cuota del 19,3%). Ello supone un 65% más de movimientos aéreos respecto al anterior ejercicio. Le sigue la compañía española Iberia con 3.404 vuelos (un 7% de cuota).
Los ingresos de ASA crecieron un 19% entre 2017 y 2018 hasta los 2.945 millones de escudos (26,6 millones de euros), un 43% de lo ingresos totales de la empresa pública que gestiona los aeropuertos del país y que prácticamente desaparecieron durante la pandemia de covid-19.
Una FIR es el espacio aéreo delimitado verticalmente a partir del nivel medio del mar, siendo la FIR de Sal la delimitada por Dakar (Senegal), Canarias (España) y Santa María (Azores, Portugal).
Toda esta área está bajo jurisdicción de las autoridades aeronáuticas caboverdianas desde que se creara en 1980.
El gobierno caboverdiano atribuyó la concesión de los aeropuertos y aeródromos del país –actualmente a cargo de la empresa pública ASA– a la sociedad Vinci Airports SAS, por un período de 40 años. El acuerdo recoge que el gobierno recibirá 80 millones de euros, así como bonos de los ingresos brutos.
La ANA–Aeropuertos de Portugal tendrá el 30% de las participaciones en la sociedad caboverdiana creada para llevar a cabo el proceso de concesión.
El ejecutivo liderado por Ulisses Correia e Silva esclareció que además de administrar los activos financieros que posee, la ASA continuará con la responsabilidad de proporcionar servicios de navegación aérea, es decir, en la gestión de la FIR Oceânica do Sal, que mantendrá la titularidad pública en su totalidad, no siendo objeto de concesión a particulares.
La FIR do Sal se encuentra en una situación estratégica, “en el cruce del mayor tráfico aéreo entre Europa y América del Sur y entre África Occidental y América del Norte, Centroamérica y el Caribe”, explicó anteriormente ASA.
El Centro de Control Oceânico de Sal funciona en el Aeropuerto Internacional Amílcar Cabral
Fuente: A Semana
De acuerdo con el boletín estadístico de 2022 de la empresa pública Aeroportos e Segurança Aérea (ASA), al cual tuvo acceso Lusa, el tráfico aéreo alcanzó los 48.617 vuelos en todo el año, representando un incremento del 76% si lo comparamos con los datos de 2021, que registraron 27.686 vuelos.
“Los resultados en este período se aproximan a pasos agigantados a los valores de 2019, estando a tan solo 17 puntos porcentuales (unos 10 mil vuelos) del valor del año prepandémico”, se expone en el documento.
En 2019, antes de las consecuencias de la pandemia de covid-19 en la aviación mundial, la FIR Oceânica do Sal, que representa un importante ingreso para el estado, controló 58.345 vuelos.
“Este crecimiento de vuelos en 2022 frente a 2021 se traduce en una mejoría de la confianza y libertad de las personas entre países y continentes, incidiendo directamente en el tráfico de vuelos que registra la FIR”, se agrega en el boletín.
De las principales operadoras que sobrevolaron el espacio aéreo de Cabo Verde entre enero y diciembre de 2022 destaca la portuguesa TAP, que registró 9.361 vuelos (una cuota del 19,3%). Ello supone un 65% más de movimientos aéreos respecto al anterior ejercicio. Le sigue la compañía española Iberia con 3.404 vuelos (un 7% de cuota).
Los ingresos de ASA crecieron un 19% entre 2017 y 2018 hasta los 2.945 millones de escudos (26,6 millones de euros), un 43% de lo ingresos totales de la empresa pública que gestiona los aeropuertos del país y que prácticamente desaparecieron durante la pandemia de covid-19.
Una FIR es el espacio aéreo delimitado verticalmente a partir del nivel medio del mar, siendo la FIR de Sal la delimitada por Dakar (Senegal), Canarias (España) y Santa María (Azores, Portugal).
Toda esta área está bajo jurisdicción de las autoridades aeronáuticas caboverdianas desde que se creara en 1980.
El gobierno caboverdiano atribuyó la concesión de los aeropuertos y aeródromos del país –actualmente a cargo de la empresa pública ASA– a la sociedad Vinci Airports SAS, por un período de 40 años. El acuerdo recoge que el gobierno recibirá 80 millones de euros, así como bonos de los ingresos brutos.
La ANA–Aeropuertos de Portugal tendrá el 30% de las participaciones en la sociedad caboverdiana creada para llevar a cabo el proceso de concesión.
El ejecutivo liderado por Ulisses Correia e Silva esclareció que además de administrar los activos financieros que posee, la ASA continuará con la responsabilidad de proporcionar servicios de navegación aérea, es decir, en la gestión de la FIR Oceânica do Sal, que mantendrá la titularidad pública en su totalidad, no siendo objeto de concesión a particulares.
La FIR do Sal se encuentra en una situación estratégica, “en el cruce del mayor tráfico aéreo entre Europa y América del Sur y entre África Occidental y América del Norte, Centroamérica y el Caribe”, explicó anteriormente ASA.
El Centro de Control Oceânico de Sal funciona en el Aeropuerto Internacional Amílcar Cabral
Fuente: A Semana